El Tricolor no logró imponerse ante los suplentes del Valencia y terminó empatando 2-2 en un amistoso celebrado en Puebla, lo que agrava la situación actual de la Selección Nacional de México y plantea nuevos retos para su director técnico, Javier Aguirre, de cara al crucial partido contra Estados Unidos que se aproxima.
La crisis de la selección se volvió más evidente al no poder conseguir una victoria en casa contra un equipo que, actualmente, ocupa uno de los lugares más bajos en la clasificación de La Liga española. El Valencia llegó al Estadio Cuauhtémoc con un plantel alternativo, presentando una alineación compuesta mayoritariamente por jóvenes y con 11 bajas en su plantilla. A pesar de la inexperiencia de algunos de sus jugadores, incluido un portero de solo 18 años, el equipo mexicano no supo aprovechar su ventaja inicial.
Desde el comienzo del encuentro, la fría noche poblana se llenó de expectativas y esperanzas. La afición llenó el estadio, y a los ocho minutos, Alexis Vega abrió el marcador con un impresionante tiro libre que desató la alegría de los hinchas. Todo parecía perfecto para el Tricolor, que dominaba el juego y se mostraba seguro en la cancha. En el minuto 35, Ozziel Herrera amplió la ventaja con un golazo, lo que llevó el marcador a 2-0 y ofreció una imagen de control absoluto por parte del equipo local. Sin embargo, este dominio duró poco, ya que el Tricolor comenzó a relajarse, lo que resultó en un giro inesperado de los acontecimientos.
El Valencia, en lugar de rendirse, comenzó a presionar más y a sentirse más cómodo en el campo. En el minuto 42, lograron marcar el primer gol del partido, gracias a una jugada que dejó expuestos a César Montes y al Tala Rangel, quienes fueron responsables de que el balón terminara en las redes. Este gol fue un golpe anímico para el equipo español y cambió la dinámica del partido.
Al inicio del segundo tiempo, el Valencia continuó mostrando su determinación, mientras que la Selección Mexicana retrocedió a un juego sin ideas y sin coordinación. El técnico del Valencia, Rubén Barajas, decidió introducir a algunos de sus mejores jugadores, lo que desestabilizó aún más al Tricolor. El equipo mexicano no logró reaccionar ante la presión y, al minuto 61, el Valencia logró igualar el marcador, causando un silencio momentáneo en el Estadio Cuauhtémoc, donde los aficionados comenzaron a expresar su descontento. Este tipo de reacciones por parte del público se han vuelto cada vez más comunes, especialmente ante los pobres resultados que ha cosechado la selección en los últimos tiempos.
Ahora, Javier Aguirre enfrenta el desafío de encontrar soluciones efectivas para revitalizar a su equipo antes del enfrentamiento contra Estados Unidos. Este próximo rival, dirigido por Mauricio Pochettino, no se toma a la ligera el reto y contará con lo mejor de su plantilla, lo que aumenta la presión sobre el Tricolor. Aguirre intentó reforzar su equipo en la recta final del partido, utilizando a jugadores como el Piojo Alvarado, Chino Huerta y Raúl Jiménez para cambiar el rumbo del encuentro, pero no hubo una respuesta positiva y el equipo se despidió del Cuauhtémoc con abucheos y críticas.
Con el tiempo en su contra, el técnico deberá ajustar su estrategia y motivar a sus jugadores para que puedan enfrentar el reto que se avecina, buscando volver a ganar la confianza de la afición y mejorar los resultados en el camino hacia las próximas competiciones.