En Puebla, el amor al prójimo también transforma comunidades. Así lo afirmó la presidenta del Patronato del SEDIF, Ceci Arellano, al agradecer a las y los titulares de los voluntariados del Gobierno de Puebla por su entrega diaria para apoyar a niñas, niños, mujeres, personas mayores y con discapacidad.
Arellano subrayó que cada voluntaria y voluntario es una fuerza solidaria capaz de recomponer el tejido social en zonas urbanas y rurales. “Sin ustedes, la transformación de las familias no sería posible”, destacó.
La ceremonia estuvo marcada por un emotivo momento cuando María Eugenia Rivera Ruiz, con 26 años de servicio, recibió un reconocimiento especial. Recordó cómo, al ayudar a que niñas y niños de Zongozotla dejaran de dormir en el suelo y obtuvieran una vivienda digna, encontró el sentido profundo de su vocación.
