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Claudia vs. The New York Times: ¿De qué lado está?

El pasado lunes, la presidenta Claudia Sheinbaum reaccionó duramente durante su conferencia matutina al reportaje publicado por The New York Times, calificándolo de “poco creíble” y asegurando que el gobierno mexicano desmentirá científicamente las afirmaciones sobre la producción de fentanilo en México.

El reportaje, titulado “This Is What Makes Us Rich: Inside a Sinaloa Cartel Fentanyl Lab”, detalla la investigación de las periodistas Natalie Kitroeff, Paulina Villegas y Meredith Kohut, quienes pasaron meses documentando cómo operan los laboratorios clandestinos del cartel de Sinaloa. Entre sus hallazgos, destacan relatos sobre las condiciones en que se produce este opioide, ilustrando la magnitud de un problema que afecta tanto a México como a Estados Unidos.

La respuesta del gobierno mexicano no se hizo esperar. Claudia Sheinbaum, visiblemente molesta, descalificó el trabajo periodístico al tiempo que evitó ofrecer detalles concretos sobre cómo planean contrarrestar la información publicada. La presidenta subrayó que el reportaje no refleja la realidad y reiteró que demostrarán lo contrario mediante pruebas científicas.

Por su parte, The New York Times emitió un comunicado respaldando a sus periodistas y destacando la rigurosidad de la investigación, que incluyó acceso directo a un laboratorio de fentanilo en Sinaloa. En sus páginas, el reportaje describe escenas inquietantes: un trabajador mezclando tinta azul en polvo de fentanilo, preparando pastillas destinadas al mercado estadounidense. Este nivel de detalle incomodó al gobierno mexicano, cuyas campañas previas sugerían que el opioide provenía del extranjero.

Tensiones internacionales y desafíos internos

La publicación coincide con un momento político crucial: la inminente toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. El mandatario ha enfatizado en su discurso la necesidad de acciones contundentes contra los carteles mexicanos, incluyendo posibles operaciones militares en territorio nacional. El reportaje de The New York Times refuerza esta narrativa, al señalar que México no solo transporta el fentanilo, sino que también lo produce en grandes cantidades.

En respuesta a la crisis, el gobierno mexicano ha implementado medidas simbólicas como campañas mediáticas que alertan sobre los peligros del fentanilo. Sin embargo, la falta de resultados tangibles sigue siendo una crítica constante. Aunque en diciembre pasado se anunció la incautación de 20 millones de dosis de fentanilo en Sinaloa, esta acción no oculta el hecho de que el opioide continúa siendo un problema creciente en el país.

El reportaje también destaca un aspecto alarmante: la conexión entre la producción de fentanilo en México y las más de 100 mil muertes anuales por sobredosis en Estados Unidos. Aunque no toda la responsabilidad recae en México, la participación activa del país en la cadena de producción es un elemento innegable.

¿Qué sigue para el gobierno de México?

La confrontación con un medio de prestigio como The New York Times subraya la vulnerabilidad de la estrategia mexicana frente al narcotráfico. Más allá de descalificaciones, expertos coinciden en que se necesita una política integral que aborde tanto la producción como el consumo del fentanilo.

Con un panorama internacional cada vez más tenso y una narrativa oficial que intenta minimizar el problema, la disputa entre Claudia Sheinbaum y The New York Times es solo el reflejo de un desafío más profundo: la urgencia de enfrentar con seriedad y eficacia a uno de los mayores retos de salud y seguridad en la región.

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